martes, 11 de diciembre de 2012

La plasmación de lo Efímero

De la mano al óleo, del pincel al lienzo y del estudio personal a la sala de exposición. El proceso es largo y requiere esfuerzo y dedicación para que los qualia, esas cualidades subjetivas de las experiencias individuales, adquieran formas, texturas y colores. Para que —por usar la expresión científica a modo de metáfora— cada uno de los momenta, sentimientos y expresiones del pathos se perpetúen en el tiempo y el espacio. Para conseguir, al fin al cabo, la plasmación de lo efímero.



La labor del artista no termina en la obra y por ello Nandi Alonso dedicó largas horas al montaje y disposición de sus trabajos en las paredes del Instituto Europeo Campus Stellae, en Santiago de Compostela. Por ello, su llamada entusiasta sobre el resultado conseguido en el espacio de exposición, unos días antes de su inauguración el miércoles 5 de diciembre —y que estará hasta el 1 de febrero—, no hicieron más que aumentar mi curiosidad por asistir. 

El día señalado, me planté allí, cámara en mano, en una muestra que por nombre tiene ‘EFímEro’ —y que todavía podéis visitar— y que comprende óleos realizados tras el viaje de la artista a la ciudad de Nueva York, expresiones íntimas de su línea conceptual y abstracta, y, de forma inédita, una serie de dibujos de formas insinuantes y paleta roja y negra.


La serie inspirada por su visita a la Gran Manzana está dominada por tonos oscuros, formas verticales que recuerdan a skyscrapers, y formas abstractas que desafían a la imaginación del espectador. No hay luces de neón en sus ciudades. Más bien parece que todo lo ha tomado la brea y el invierno. El cromatismo frío desprende nostalgia e introspección. Por ello contrastan fuertemente los lienzos cubiertos de azul. En especial su 'SuMmEr SeA' en donde, desde el puerto, le dice adiós a la jungla de asfalto. O aquellos en donde se abandona el horror vacui para, sencillamente, y con un giro de muñeca, manchar el lienzo con figuras oscuras que remiten, ora a barcos, ora a mordiscos en la tela.


Jazz y repetición irrepetible
La segunda parte de la exposición —situada en el piso -1— se centraba en las denominadas cAliGrAFíAs dE LO EFímEro marinadas con el dulce y evocador sonido del acordeón y el contrabajo del grupo PeldeNoz, presentando su trabajo 'Jazz&Trad'. Los dibujos de Alonso, dispuestos con elegancia y en diálogo con el espacio y la luz, son el resultado de un proceso de abstracción que se compone de la evocación a través de piezas musicales y la repetición de movimientos y trazos que al final, se vuelven irrepetibles.

Son, según la artista, la reminiscencia al arte oriental y en particular a la caligrafía japonesa: al Shodo en tanto que 'orden del trazo preciso como disciplina' y al Haiku en tanto que 'poema breve que plasma el asombro del poeta ante la contemplación de la naturaleza'. "Mezclo esos dos conceptos mediante un trazo mental repetitivo e irrepetible con la expresión del sentimiento del haiku, pero aquí la Naturaleza, es mi interior", de acuerdo con Alonso.


Corolario
En épocas de vacas flacas semeja que el arte pictórico y plástico queda descolgado de las paredes institucionales, dejado a su suerte a la auto-gestión. Así lo comentábamos hace un par de semanas yo y una comisaria independiente, algo desilusionada por las jornadas del Culturgal; que, parece ser, se parece más a un parque infantil y a una feria de ganado que a un lugar de sinergias entre actores y agentes del panorama creativo gallego.

El artista busca en todo momento interactuar con la realidad. De si su búsqueda es necesaria o contingente depende su razón de ser. Pero justificar la necesidad de la cultura, frente a la de infraestructuras de asfalto, no es sencillo, ni rápido. Por ello os dejo con una reflexión del profesor Ramón Cuartango de la Universidad de Barcelona:
"El desarrollo de los aspectos idiosincrásicos que constituyen el ámbito específico en el que se despliega el yo no puede tener lugar más que en el contexto del trato con la realidad, puesto que no son otra cosa que el resultado del ejercicio de autodisciplina cuyo origen se encuentra en el hecho de que algo requiera atención y no haya otro remedio que prestársela. Se trata de actividad, movimiento, retirada..., pero siempre en torno a algo o desde algo. Con todo, la relación que se establece entre el yo y las cosas tampoco se define convenientemente por medio de las metáforas de 'adecuación', 'representación', 'reflejo', 'copia'... El yo no es un espejo. Su comportamiento afecta de un modo fundamental al mundo; de hecho, este depende de él para poder ser lo que es." 
(Claves de Razón Práctica, Julio/Agosto 2012, p. 138)
Enlace relacionado: 'De vuelta a las trincheras' 
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